La música, el teatro y las expresiones culturales del oriente boliviano se adueñaron por cuatro días de las iglesias y de las calles de la Chiquitania cruceña. El programa festival de Temporada de Música Misional, que reunió a una docena de orquestas y coros de esta región, culminó este domingo en Concepción.
Los protagonistas del evento fueron los jóvenes chiquitanos, quienes se forman musicalmente en las poblaciones fundadas por los jesuitas en la época colonial. Fue precisamente esta orden religiosa que, hasta su expulsión del Nuevo Mundo a finales del siglo XVIII, introdujo entre los indígenas la pasión por la música barroca. Al final, los originarios se apropiaron de esta expresión artística y le imprimieron su propio sello. Esa simbiosis, que se construyó por siglos, se hizo presente en los conciertos que se desarrollaron desde el jueves 27, cuando se inauguró el programa de los festival de Temporada.
Los violines y las tamboritas típicas del oriente boliviano se fundieron en los espectáculos musicales, que se desarrollaron en poblaciones chiquitanas como San Xavier, San Ignacio de Velasco, Santa Ana, Santiago de Chiquitos y San Rafael. Chovenas y taquiraris orientales resonaron en los conciertos junto a sonatas y otras obras de la música universal en el interior de las iglesias. Varias de las piezas pertenecen a composiciones que fueron realizadas durante la época colonial en el área chiquitana.
En total, una decena de sedes de misiones jesuíticas recibieron a los jóvenes talentos de esta región oriental, que de forma itinerante visitaron cada una de las poblaciones. El evento es organizado anualmente por la Asociación Pro Arte y Cultura (APAC) y el Centro para la Participación y el Desarrollo Humano Sostenible (CEPAD). El programa artístico-cultural busca impulsar el turismo en esta región cruceña.
Entre los coros y orquestas que participaron del evento se encuentran Paz y Bien, Buena Vista, Martin Schmid, Santiago, San Xavier Eufonía y San José.
Cerca de una veintena de periodistas nacionales e internacionales siguieron los conciertos que, además, estuvieron matizados por encuentros donde se mostró la cultura chiquitana. En Concepción, por ejemplo, un grupo de jóvenes demostró su talento para tallar madera, simulando los diseños de las iglesias de las misiones de Chiquitos, designadas por la Unesco como Patrimonio de la Humanidad.
En San Miguel, las artesanas exhibieron sus creaciones de ropa tradicional; además de la comida típica como el masaco (elaborado de plátano maduro y carne seca) y collares que son elaborados con materiales naturales del lugar.
Fuente. La Razón (La Paz)